POLÉMICA
Deudores de Colfuturo exigen a su director que rectifique
Las declaraciones del director de la fundación en entrevista con Semana Educación han generado malestar entre los beneficiarios de Colfuturo que piden ahora que se disculpe.
Los beneficiarios de Colfuturo están indignados con Jerónimo Castro, director de Colfuturo. Tras la publicación por parte de Semana Educación de una entrevista a Castro, en la que este explicó la postura de la fundación ante la situación que viven algunos deudores por la subida del valor de su crédito-beca, 142 de ellos se han unido para redactar una carta en la que rechazan sus declaraciones.
Lo que ha generado malestar es el término “analfabetismo financiero” al que Castro hizo referencia cuando se le preguntó por la dificultades de algunos deudores de encontrar trabajo en Colombia tras finalizar sus estudios en el extranjero.
Otro de los puntos de la entrevista que ha suscitado polémica tiene que ver con la respuesta que brindó el director de Colfuturo ante la pregunta sobre el tipo de asesoramiento que dan a los estudiantes cuando asumen un crédito. Castro dijo que, si bien ellos “informan bien”, estamos ante “una generación de personas que no leen, que no entienden lo que quiere decir tomar una deuda”.
Ante estas afirmaciones, el grupo de 142 beneficiarios expone en la misiva que “nos vemos en la necesidad de dirigirnos a usted y a la institución para reclamar el respeto que, como profesionales y personas, merecemos. Pedimos una disculpa pública, puesto que sus palabras construyen una percepción pública negativa de los beneficiarios de Colfuturo”. La carta fue remitida al propio director de la fundación
Semana Educación se puso en contacto con Jerónimo Castro para conocer su postura. Este aseguró que, aunque no había leído la carta en detalle, el tema de los analfabetos financieros es una realidad. Sin embargo, quiso puntualizar que se refería a que “la mayoría de los becarios de Colfuturo no pertenecen al área de finanzas” y que el apoyo que brinda la fundación es “muy complejo porque tiene moneda en dólar”. Así pues, concluyó que “tal vez el término no es el apropiado si uno lo extiende a todos los beneficiarios. Está mal de mi parte y lo último que quiero con esto es generar un enfrentamiento con ellos”.
Lea la carta completa de los beneficiarios de Colfuturo molestos AQUÍ.
Desde hace algunos meses un nutrido grupo de beneficiarios del programa crédito-beca de Colfuturo, nos hemos movilizado frente a diferentes situaciones que afectan nuestras posibilidades de hacer frente a la deuda contraída con Colfuturo, especialmente en lo que tiene que ver con los efectos de la depreciación del peso frente al dólar. Parte de nuestras acciones ha implicado, por un lado, un acercamiento a la institución y a usted personalmente, en aras de explorar posibilidades para mitigar el impacto de esta situación sobre nuestra capacidad real de cumplir con la obligación que adquirimos.
Por otro lado, hemos recurrido al contacto con diferentes medios de comunicación para dar a conocer nuestra situación, muchas veces de extrema dificultad en términos laborales y salariales, y expresar nuestro punto de vista. Siempre se ha reconocido el apoyo de Colfuturo en nuestro proyecto educativo, al igual que el respeto por la institución y sus funcionarios. Sin embargo, las declaraciones en la entrevista el día martes 10 de mayo en la revista Semana nos dan a entender que ese respeto no es recíproco, dada la manera en que nos caracteriza. Por esta razón, nos vemos en la necesidad de dirigirnos a usted y a la institución para reclamar el respeto que, como profesionales y personas, merecemos. Pedimos una disculpa pública, puesto que sus palabras construyen una percepción pública negativa de los beneficiarios de Colfuturo.
En primer lugar, rechazamos su caracterización de “analfabetas financieros”. La dramática depreciación del peso frente al dólar en nuestro país era, a todas luces, imprevisible.
Dicha imprevisibilidad no se traduce, en ningún caso, en analfabetismo. Sin embargo, sí es una situación que impacta nuestra situación económica personal profundamente, en particular la de los beneficiarios que viven por fuera de Bogotá donde los salarios son generalmente más bajos. Es una preocupación que hemos compartido con la institución a la espera de trabajar en una solución conjunta para superar este impasse. En ningún momento nos hemos negado a pagar la deuda, como se sugiere en la entrevista.
Esto no nos convierte en “analfabetas financieros” ni significa que “no entendamos cómo funciona una deuda”, que no sepamos qué es una condonación, o que no entendamos lo que significa la devaluación. Siempre hemos solicitado, muy respetuosamente y por las vías establecidas, información clara sobre nuestro crédito; una información que, por cierto, no se encuentra descrita con todo detalle en nuestros reglamentos o en ningún otro documento, como lo demuestra el hecho de que el interés compuesto o la capitalización de intereses aplicada en la liquidación de los saldos pendientes no esté estipulada de forma expresa en los documentos. Esto tampoco significa que seamos una generación que “no sabe leer”, afirmación sumamente inadecuada para referirse a un grupo de personas que se ha dedicado a adelantar estudios de posgrado de diversos niveles en el exterior, generalmente en una segunda lengua.
Nuestra situación en esta coyuntura económica no se reduce a una falta de capacidades de comprensión o lectoescritura, de ignorancia sobre la naturaleza de la deuda ni, mucho menos, de falta de voluntad para cumplir con nuestras obligaciones. Como hemos querido expresarles continuamente a usted y a la institución, nuestro objetivo es instarlos a encontrar maneras conjuntas de ayudarnos a sobrellevar la situación crítica que para nuestra economía ha implicado el aumento del precio del dólar junto con la carencia de una estabilidad laboral. En el caso particular de esta carta, queremos exigir que se dirija hacia nosotros con el respeto que merecemos y haga una retractación pública de sus declaraciones en la entrevista arriba mencionada.
Queremos contribuir al país, queremos cumplir con Colfuturo, pero también queremos tener condiciones dignas para ello. Si bien no regresar al país en razón de la deuda puede considerarse como una suerte de victoria económica, es a todas luces un fracaso moral respecto de la misión de la institución: “contribuir a la generación de un mejor capital humano para el desarrollo de Colombia”.
PARA EL DEBATE
¿Cree que la explicación que ha dado Jerónimo Castro sobre los términos que empleó en la entrevista concedida a Semana Educación sirven de rectificación? Deje sus comentarios en nuestro twitter @SemanaEd y @JuliaAlegre1